Cómo controlar el peso: percepción del movimiento «infinito»

Una vez conocidos los ingredientes para adquirir la capacidad de esquiar, mediante la experimentación con técnicas y ejercicios específicos, se entra en la fase más bella: utilizar y adaptar conscientemente las técnicas en función de las circunstancias. Al igual que con la escalada, esta fase de conciencia motriz es casi imposible sin pasar antes por la importante fase de comprensión y adquisición de la teoría y las técnicas del movimiento. Ciertamente, cualquiera que se dedique a esquiar con gran frecuencia puede llegar a ser bueno en ello, pero tener conocimientos y saber enseñar es otra cosa. No depende tanto de la frecuencia con que practiques y entrenes, sino de los conocimientos y la calidad.

Si le preguntas a un especialista en esquí dónde está el peso cuando se quita la nieve, la respuesta es en el centro, a veces hacia delante. Si luego se pregunta dónde está el peso cuando se curva en paralelo, la respuesta es en el centro. También sobre nieve fresca, siempre en el centro. Pero entonces no habría diferencia entre las distintas técnicas y tipos de nieve…

En realidad, al esquiar, el peso se desplaza continuamente tanto a lo largo del eje longitudinal (centro-frente-atrás) como del eje lateral, cargando ahora principalmente un pie, ahora el otro. En realidad, al esquiar, el peso se desplaza continuamente tanto a lo largo del eje longitudinal (centro-frente-atrás) como del eje lateral, cargando ahora principalmente un pie, ahora el otro (∞). En la práctica, el centro es sólo la resultante del movimiento que se consigue mediante un desplazamiento continuo del peso. En nieve polvo fresca, la resultante también es el centro, pero se consigue con una rotación diferente. Por eso, un buen esquiador de pista que utilice la misma gestión del peso para la nieve polvo al principio tiene serios problemas. El automatismo adecuado para la pista no funciona para fuera de pista, al menos en los casos en que los esquís se hunden en la nieve. Pero sin conocimiento ni conciencia, nuestro esquiador no tiene más remedio que proceder por ensayo y error aleatorio hasta que un día sea capaz de esquiar bien incluso en nieve sin pisar, pero sin saber cómo se ha llegado a ello. También es lógico que nadie pueda enseñar estas diferencias hasta que las experimente conscientemente. Yo diría que por eso en muchos cursos no se enseña a variar el esquí según el tipo de nieve.

Lo mismo ocurre con el quitanieves. Podría decirse que el paso de la quitanieves al paralelo constituye un trauma. Y ello porque no se tiene conciencia del porqué, es decir, de las características precisas de las dos técnicas, que son antitéticas entre sí. El quitanieves se refiere al patrón amble, el paralelo al cruzado, con dos formas consecuentemente diferentes de gestionar el peso y alinear el cuerpo. Experimentar conscientemente el movimiento del infinito ∞ equivale a conocer y comprender la dinámica del movimiento del cuerpo sobre los esquís, quizá el objetivo más importante para un buen esquiador.

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