El papel de un profesor

Los profesores desempeñan un papel muy importante porque influyen en otras personas: los que enseñan mal se convierten en responsables y provocan una cadena de errores. De ello se deduce que un buen profesor intentará que su curso de formación reduzca al mínimo los fallos y las carencias, al menos en el ámbito específico de las cosas que enseña. Los errores son como los virus: cuantos más tiene el instructor, más transmite.

Esto no quiere decir que un profesor pueda ser perfecto y omnisciente, la perfección no es de este mundo, pero lo que marca la diferencia es la voluntad de emprender un camino hacia la mejora. Éste es también el objetivo más importante de cualquier actividad deportiva y educativa. De ello se deduce que un buen profesor intentará «limpiar» su enseñanza de errores, fallos e interpretaciones subjetivas. El contenido a transmitir, en nuestro caso la técnica de escalada, debe ser objetivo, válido para todos, y no debe basarse en opiniones subjetivas y en las creencias parciales y limitadas de un único profesor.

Un aspecto que a menudo se pasa por alto, pero que los buenos profesores tienen muy en cuenta, es la protección de la salud de los alumnos. Se trata básicamente de conocer la conexión entre el movimiento correcto, que es el objeto de la técnica, y la prevención de lesiones y la salud en general. Se trata básicamente de conocer la conexión entre el movimiento correcto, que es el objeto de la técnica, y la prevención de lesiones y la salud en general.

En general, todos los movimientos caracterizados por ángulos articulares excesivos o cabezas articulares totalmente extendidas presentan un riesgo potencial. Por ejemplo, exagerar con pasos arqueados de puntera o pasos de gran amplitud en los que las rodillas ejercen mucha tensión o, de nuevo, sobrecargar las articulaciones, como cuando tras un lanzamiento se alcanza la presa «cayendo» con todo el peso del cuerpo sobre el brazo totalmente extendido, provoca un desgaste progresivo. A menudo, de hecho, uno no es consciente inmediatamente de la tensión articular, sino sólo después, cuando se manifiesta como una lesión. Por lo tanto, estos movimientos se definen como «llevar».

El efecto más perjudicial se produce cuando a una torsión se añade una flexión importante de las cabezas articulares. Es un poco como lo que haces cuando quieres romper una pata de pollo. El lolotte es quizá el ejemplo más llamativo en este sentido. Esta posición, que es una variante de la postura lateral, corresponde a la quinta posición de la progresión frontal. Se trata de posturas corporales que sólo deben utilizarse cuando no es posible adoptar posiciones más ventajosas y naturales, y que generalmente no necesitan ser enseñadas: de hecho, son las que se utilizan automáticamente cuando no se conoce la técnica. Por ejemplo, la quinta posición, a pesar de ser la más desventajosa, es la más utilizada por los principiantes, que no conocen otra solución. En conclusión, el conocimiento de la técnica tiene como objetivo minimizar las posiciones desfavorables, que son también las más agotadoras, es decir, sólo se recurrirá a ellas cuando no haya alternativas mejores.

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